lunes, 9 de julio de 2012

. . .

Cerrar los ojos y sentir fuego.
Me consume, me quema, calcina al yo coherente.
Fiera insaciable que no sabe lo que busca ¿paz? ¿daño?
¿Y qué más da si te quiero? ¿Qué más da que no quieras hacerme daño? Si vivimos en un continuo caos donde el final es la única forma de encontrar la paz.
Mis acciones no están justificadas y no pienso recriminar nada a nadie, porque cada uno tiene el poder de elegir libremente a quién hiere o a quién no.
Jamás quise entrar a ese juego en el que gana quién hace más daño y sin embargo me vi inmerso en una partida de la cual no podía escapar.
Ojalá los recuerdos tuvieran fecha de caducidad, ojalá todo se borrara de una forma tan fácil como se esfumaron aquellos 4 días..
No pretendo encontrar el perdón ni tampoco que todo vuelva a ser como antes, porque antes de pedirle perdón a alguien, debería perdonarme a mí mismo y creo que aún no estoy preparado. Sólo decirte que aún retumban en mi cabeza cada uno de los golpes acompañados de esa respiración incontrolada. En ningún momento pretendía que ésto acabara así, pero ambos sabíamos que éste momento llegaría tarde o temprano.

Fue todo un placer haber compartido más que una simple amistad contigo.
Cuídate.



Que alguien me arranque ese nudo del estómago que no me deja conciliar el sueño.




No hay comentarios:

Publicar un comentario